Por: Johan Pérez | @MarxistaJohan
En medio de escenarios convulsos y violentos que se han destacado a lo largo
de la historia de la Revolución Bolivariana, vemos como personajes y
situaciones han ido y venido; y aunque en un primer momento buscaban debilitar
al gobierno de Nicolás Maduro contrariamente lo han fortalecido.
Muchos estudiosos y analistas de la ultraderecha han dado sus apreciaciones
e incluso han profetizado una y otra vez la caída de Nicolás Maduro y paradójicamente
han ocurrido cosas distintas. En medio de estos fracasos, y aun cuando a muchos
les genera molestia y frustración, éstos no han sabido entender ¿cómo es que el
pueblo venezolano ha salido airoso de cada dificultad impuesta desde el
exterior con el apoyo y ayuda de la oposición venezolana?
En este texto no pretendo explicarlo todo, y mucho menos saberlo todo; pero
no está demás dejar mi perspectiva de lo que está ocurriendo, sigue ocurriendo
y quizá seguirá ocurriendo. Y es que el hecho de que declaraciones,
afirmaciones y análisis se han hecho una y otra vez de quienes adversan a la Revolución
Bolivariana las contradicciones le han explotado en la cara una y otra vez al
punto de que en la actualidad pretenden evadir esa realidad.
Basta ver como históricamente el discurso de cada activista de la
ultraderecha ha venido con el paso de periodos cortos de tiempo cambiando e
incluso dibujando realidades que solo se contrastan con sus anhelos, mas no
engloban o albergan a todos los sectores.
Y eso se debe precisamente a que el capitalismo y la derecha obedecen al
estructuralismo y aun cuando se pretenden vender como promotores de la
inclusión siguen segmentando a la población venezolana por capaz o estratos.
Hasta hace pocos años veíamos como la ultraderecha satanizaba a los
motorizados atribuyéndole el rol de colectivos en el mal sentido de la palabra
para delinear a personas con actitud criminal o delincuentes. Lo irónico de
todo esto es que ahora quienes quieren venderse como redentores o salvadores proponen
en sus concentraciones implementar en materia de seguridad un “estado general
de sospecha sobre la población”, como lo dictamina el plan de gobierno
presentado por ellos que claramente es retomar la antigua ley de vagos y
maleantes.
Si a eso le sumamos como María Corina Machado en varias ocasiones ha
declarado querer enterrar el socialismo e incluso aseverado que van a hacer lo
que tengan que hacer para cambiar el gobierno actual, todo está más que claro
que sus pretensiones no son nada pacíficas ni democráticas.
Y aunque semántica y sintácticamente el fulano plan de gobierno de este
grupo sea atractivo, muchos de los que estudiamos el fenómeno comunicacional
entendemos cual es el mensaje y la acción implícita. En ese sentido vemos
claramente como la corriente sofista es un vivo manifiesto en cada discurso,
intervención o mensaje emanado por estas personas, que por años han tratado de
cumplir sus apetencias personales a costa del daño de nuestra gente e incluso
del desmembramiento del estado nación, del cual tenemos una larga historia que
contar.
Pese a que los sofistas de la derecha pretendan encantarnos con sus cantos
de sirena, los revolucionarios conocemos sus planes y, reflexivamente,
agradecemos al comandante Chávez y a la Revolución Bolivariana por llenarnos de
luces y formarnos en el pensamiento crítico para desmontar todos estos viejos
dogmas.
Con la Revolución todo, sin ella nada.
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